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miércoles, 8 de febrero de 2012

MENSAJE DEL RECTOR ENCARGADO DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Ibagué, 1º. de febrero de 2012

Un fraternal y respetuoso saludo a todos los miembros de la comunidad universitaria, profesores, estudiantes, egresados, directivos, personal administrativo y operativo. Nuestra Universidad en la última década ha sufrido grandes transformaciones académicas, administrativas y de infraestructura, para beneficio de la educación superior, de la región y del país, pero igualmente atravesamos una grave crisis que es necesario reconocer con sentido autocrítico. En ese orden de ideas, estimo que uno de los primeros deberes de la dirección de la Universidad es el de no desconocer los conflictos, si no por el contrario asumirlos de cara ante la comunidad, de manera racional y democrática mediante el ejercicio del diálogo. Miembros de la comunidad universitaria han elevado denuncias ante los órganos de control del Estado, Fiscalía, Procuraduría y Contraloría por presuntas fallas de servicio. Esos hechos han sido calificados por los denunciantes como actos de corrupción administrativa. Al respecto estimo que son ésos órganos competentes los que deben calificar jurídicamente, bajo el acervo probatorio, el debido proceso, la presunción de inocencia y a la mayor brevedad posible las denuncias en mención. A la dirección universitaria le corresponde brindar toda la cooperación y garantías a los órganos de control para el cumplimiento de su función. Para con el doctor Jesús Ramón Rivera, tengo sólo motivos de gratitud y de admiración por el liderazgo para llevar a cabo procesos de transformación universitaria de la mayor importancia. Lo reconozco como un hombre honrado y de buena fe. Por su bien y por el buen nombre de la Universidad del Tolima aspiro a que salga avante de las investigaciones en su contra. Me he comprometido con unas determinaciones al posesionar en la fecha, un nuevo equipo de directivos, miembros destacados de la comunidad académica que sin duda aspiro convocarán el reconocimiento de ella. La universidad debe construirse como una comunidad capaz de una reflexión rigurosa sobre sus propios conflictos y los problemas urgentes de su entorno social, promover la diversidad cultural y el respeto por las diferencias. Considero un deber expresar lo que piensa ésta dirección sobre la Universidad y proponer a la comunidad escenarios de participación y de discusión, sobre algunos de los temas centrales de la institución. Concebimos la Universidad como una comunidad congregada alrededor de un proyecto académico de educación superior para servir a la sociedad, contribuir a la dignificación de la vida de los seres humanos, al desarrollo de la región y a la construcción de un proyecto de Nación. Como proyecto académico, lo propio de la Universidad es el ejercicio de la racionalidad, la filosofía, la ciencia, el arte, la estética y la cultura. El conocimiento, la cultura, la ciencia, el arte, son patrimonio de los ciudadanos, de la nación y de la humanidad, que se inspiran en el bien común, en la superación de la vida de la especie humana y la relación armoniosa de ésta con el medio ambiente y el universo. Para el cumplimiento de tan altos fines la Universidad no puede estar sometida a un credo, a una ideología, a una iglesia, a un partido, al poder político, a los intereses de los particulares o de los miembros de la comunidad universitaria o de un sector de ella, o de una parte de la sociedad por importante que ésta sea. De lo anterior se derivan principios esenciales, algunos de los cuales deseo proponer para la discusión: El primero, la Universidad debe ser autónoma en tanto que los fines superiores de su ser social requieren de plena libertad e independencia. El segundo, la Universidad es un bien público, un patrimonio, científico, cultural, ético, estético y político de la sociedad. El tercero, la Universidad, es decir su comunidad organizada no es un fin en sí misma, sino que se debe a la sociedad sin restricciones de ninguna clase. El cuarto, la Universidad construye a través de la crítica y de la discusión argumentada, donde la única fuerza que se impone es la del mejor argumento, en una perspectiva de construcción de comunidad universitaria, prevalencia de los principios académicos y defensa de lo público. La Universidad es esencialmente dialéctica y democrática. La ciencia, la filosofía, la estética, el arte y la cultura, son escenarios permanentes de estudio, discusión, oposición, constatación y creación. La evaluación de un proyecto de investigación, de un profesor, de un estudiante, de un artículo, de un libro, de una ponencia, de un programa académico, de una tesis de grado, de una unidad académica, del desempaño de los funcionarios, son procesos permanentes de la vida institucional de carácter crítico, participativo y público. El quinto, la Universidad tiene una responsabilidad especialmente relevante en el momento actual. En tanto que bien público, debe responder a un compromiso con la sociedad que no se agota en la formación de profesionales que satisfagan precarios requerimientos de mano de obra del mercado laboral, sino que trasciende hacia el horizonte ético de la formación de sujetos políticos, elemento que deberá ser transversal a todos los espacios, procesos y prácticas que se llevan a cabo en su interior. El sexto, la universidad es el espacio de la universalidad del pensamiento, de la confluencia de todas las vertientes políticas e ideológicas que argumentan desde la razón y la acción civil, para lo cual es necesario que prevalezca la acción comunicativa. Los miembros de la comunidad universitaria debemos rendir cuentas públicas de nuestras actuaciones, en tanto que nos debemos a la sociedad. Los procesos académicos y administrativos universitarios deben ser objeto permanente de la discusión pública de la comunidad universitaria. En ese sentido, adquiere la mayor importancia la participación de la comunidad universitaria en todos los procesos de la vida institucional. La crítica debe ser un elemento permanente de transformación y superación e igualmente debe ser responsable, objetiva y razonable. En otras palabras, debo expresar a la comunidad que la discusión argumentada, serena y respetuosa debe ser el mecanismo propio a través del cual tramitar nuestras diferencias y buscar la construcción de una nueva Universidad. Por lo tanto, la dirección universitaria debe dar ejemplo, en cada uno de sus actos, de respeto por la diferencia y por las formas propias de organización autónoma de la comunidad universitaria. En la Universidad son posibles todas las tendencias y discusiones de orden académico, ideológico, político, artístico, cultural. Es decir, en nuestra institución se privilegia la pluralidad y diversidad de pensamiento, de manera que nadie puede ser sancionado o reprimido por su forma de pensar. La universidad educa para la libertad de conciencia y la autonomía. Por lo anterior, el compromiso de la dirección de la Universidad que hoy asume es irrestricto con la propuesta de crear un ambiente de diálogo, respeto, confianza, credibilidad, institucionalidad y autonomía. Proponemos establecer formas de organización y participación de la comunidad, sin exclusiones, ni vetos de ninguna naturaleza para asumir una agenda de trabajo sobre los siguientes temas: 1. La participación de la comunidad universitaria en los procesos de reforma de la Ley 30 de 1992. Considero que se mantienen vigentes y para la discusión de la comunidad, los pronunciamientos que emitieron los Consejos Superior y Académico de la universidad a propósito de la propuesta de reforma de educación superior presentada por el Gobierno Nacional. Nuestra Universidad se encuentra gravemente afectada por el tratamiento discriminatorio e inequitativo de que somos objeto por nuestro carácter de Universidad Pública Regional. Esta afectación nos impide garantizar una planta profesoral adecuada para nuestro proyecto académico. Nuestra infraestructura académica es obsoleta. La Universidad asumió procesos de legitimación social en el marco del Estado Social de Derecho pero ha sido abandonada por el mismo Estado, lo cual repercute negativamente en la calidad académica. No obstante que la Constitución Política garantiza la autonomía universitaria, no existe un mecanismo legal para que regule la relación Estado-Universidad, de manera que se garantice la autonomía. Es necesario revisar la conveniencia de la estructura de salarios por puntos del profesorado universitario. La Universidad pública no es atractiva por los bajos niveles salariales, para que el alto talento humano se vincule como profesor universitario y por el contrario una generación muy valiosa de profesores se está retirando de las universidades públicas para vincularse a la universidad privada por efectos de la pensión de jubilación. Debo hacer un reconocimiento público a la Mesa Ampliada Nacional Estudiantil – MANE, así como a la dirigencia estudiantil de la Universidad del Tolima, por su liderazgo, amplia convocatoria ciudadana lograda y claridad en el tratamiento de los problemas de la universidad colombiana. Nuestra comunidad universitaria debe emular éste ejemplo en la participación de los procesos de concertación de una nueva ley de educación superior para Colombia. Existen otras iniciativas universitarias, como la propuesta de una Constituyente Universitaria la cual, como todos los asuntos de la vida pública de la institución debe ser dialogada por la dirección universitaria con la comunidad, bajos los principios de construcción de comunidad universitaria, diálogo objetivo y respetuoso, prevalencia de los principios académicos y del sentido de lo público y del bien común. 2. Es necesario hacer una evaluación del anterior Plan de Desarrollo y formular un nuevo norte para la Universidad. El vacío que genera la ausencia de un plan de desarrollo es un hecho francamente lesivo para la institución. Estimo en consecuencia que se debe asumir esta responsabilidad sin dilaciones de ninguna especie. 3. Se debe replantear la jornada laboral para los profesores. El trabajo de los profesores es el principal patrimonio de nuestra institución. Ese trabajo es también un bien público del cual debemos rendir cuentas a la sociedad. Es necesario que los departamentos académicos definan de manera autónoma sus propias metas en materia de formación, investigación y proyección social. Debemos establecer si es conveniente que existan comisiones en el servicio administrativo con carácter indefinido. 4. Es necesario revisar el estado de los procesos de elección de egresados, estudiantes, decanos y rector. Tengo conocimiento de que sectores universitarios han venido proponiendo una redefinición de esas elecciones y al respecto debo aclarar, que éste como todos los temas de la vida institucional pueden y deben ser objeto de análisis y de discusión, teniendo en cuenta, los más legítimos intereses institucionales, desde una perspectiva de construcción de comunidad universitaria, respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y de la transparencia e igualdad de los procesos electorales, que en éste caso hacen relación a un tema esencial en nuestro Estado Social de Derecho, es decir la participación democrática. 5. El Instituto de Educación a Distancia es un tema que concita de manera permanente la preocupación de la comunidad universitaria. A finales del año anterior el Consejo Superior asumió este tema en una jornada de dos días de trabajo con una agenda de 38 puntos. En un principio, dentro de las conclusiones, se consideró contratar una comisión de expertos. Sin embargo, posteriormente se ha estimado que es necesario que la propia comunidad universitaria, en ejercicio de la autonomía, mediante un proceso de autoevaluación, acompañada de un grupo interdisciplinario de profesores y pares expertos, asuma una reflexión profunda sobre dicha unidad, el modelo académico, los componentes pedagógico-curriculares, los estudiantes, los profesores, y las estructuras académico-administrativas de soporte más apropiadas. Es decir que la Universidad debe obrar como una institución educativa con vocación de aprendizaje y compromiso con el mejoramiento de la calidad académica. No obstante, se estima que es inaplazable adoptar algunas medidas de urgencia: a) Un programa de fortalecimiento académico de los integrantes de los comités curriculares; b) Disponer que en cada comité curricular haya presencia de por lo menos un profesor de planta; c) Establecer un plan de formación de posgrado para tutores y catedráticos de la Universidad, con incentivos que les permitan descuentos para la matrícula, facilidades para el pago de la misma, becas totales o parciales para quienes presenten alto rendimiento académico y la posibilidad de cohortes académicas para grupos de tutores y catedráticos según las prioridades académicas de formación, desde luego, se debe elaborar un plan de factibilidad que nos permita obrar con coherencia sin generar falsas expectativas, pero sí con todo el compromiso institucional en éste proyecto; d) Evaluación inmediata de la estructura y funcionamiento del proyecto de investigación formativa. e) Dadas todas las circunstancias es indispensable hacer un alto en el proceso de expansión y hacer una profunda y consecuente reflexión sobre la construcción de una simple concepción expansiva articulada a las demandas del mercado laboral. De otra parte, debemos dar cumplimiento a la decisión del Consejo Superior en el sentido de liquidar el contrato con Alma Mater para la administración de los Centros Regionales de Educación Superior – CREAD. Éste no es un tema marginal. Éste es un tema de principios universitarios y de política institucional. La Constitución Política y la sociedad tienen el deber de garantizar la autonomía universitaria y la institución debe dar muestras fehacientes de que se merece esa autonomía. La autonomía se funda en el principio de que la universidad es sabia y por lo tanto de que tiene la competencia para decidir su organización académica y administrativa, entre otros aspectos, por lo tanto, la universidad no debe delegar en terceros particulares asuntos que le corresponde asumir como elementos que coadyuvan al mejor desempeño académico de la institución. 6. En el tema de la investigación universitaria es necesario realizar un seminario con los investigadores para revisar nuestro modelo actual y algunos puntos críticos. Por ejemplo, el estado de la relación actual entre los doctorados y las maestrías de investigación, con los grupos de investigación y los estudiantes de doctorado y maestría; la necesidad de sustituir la estructura Universidad-Empresa-Estado por un nuevo marco de relación Universidad-Sociedad-Estado. La relación con el empresariado se debe mantener e inclusive fortalecer, pero la Universidad no puede desconocer que los dueños de los medios de producción solo son un actor de la sociedad y que esta tiene un entramado de la más alta complejidad y además problemas que no son del interés de los empresarios, pero si resultan ser prioritarios para la Universidad por su carácter social y estratégico, como son los atinentes a la educación, la salud, el medio ambiente, la seguridad alimentaria, la paz y la cultura, entre otros. Es necesario aclarar cuáles son las condiciones necesarias y suficientes para establecer una Vicerrectoría de Investigaciones, es decir redefinir una política académica alrededor de los temas anteriormente mencionados y los recursos necesarios para su desarrollo. En ese sentido debemos aclarar si la Universidad requiere de un edificio para los investigadores o de inversiones urgentes, en laboratorios e infraestructura, para superar la grave obsolescencia actual y garantizar la calidad académica del pregrado, los posgrados y la investigación. El potencial investigativo de la universidad no puede someterse indiscriminadamente a la oferta del mercado de la consultoría. La universidad tiene un ethos, una ética comprometida con lo público y con los intereses fundamentales de la sociedad, la institución no puede prestarse para servir a proyectos que atenten contra la vida, contra el medio ambiente, contra los recursos naturales, contra los ciudadanos que habitan las cuencas de nuestros ríos. En ese sentido y sólo como un símbolo de apoyo a la resistencia de un pequeño grupo de productores orgánicos de la cuenca del río Anaime - APACRA, he autorizado la construcción dentro del campus, de un punto para la venta del fruto del trabajo de éstos campesinos con la tierra, con recursos del Ministerio de la Agricultura. 7. La Vicerrectoría de Desarrollo Humano debe hacer un esfuerzo por trascender los esquemas asistencialistas que han predominado a lo largo de su existencia. Esta importante unidad fue creada como la Vicerrectoría de la comunidad con el compromiso de asumir el proyecto institucional de formación integral de la misma. Esta Vicerrectoría por lo tanto debe encargarse de los temas de convivencia de la comunidad y de la ética laboral. En tales términos, por ejemplo, para la comunidad académica y los servicios asistenciales el hecho de que un estudiante incurra en la primera situación de bajo rendimiento académico, no representa lo que en derechos humanos podríamos calificar como una alerta temprana. Son muchas las razones, las causas, los conflictos, que pueden llevar a un estudiante a esa situación, que debe ser asumida con una perspectiva formativa, de conocimiento y de apoyo por la Universidad. Y así, los estudiantes en medio de sus crisis particulares quedan expuestos a incurrir en un doble BRA y consecuente deserción de su proyecto educativo sin ninguna consideración de la universidad. Así mismo es necesario revisar el régimen de derechos y obligaciones de los estudiantes y establecer cuál debe ser el compromiso ético con el proyecto educativo personal y si se justifica, entre otros aspectos, mantener la posibilidad de cancelar asignaturas hasta la décima semana del semestre. La Vicerrectoría debe profundizar su trabajo en relación con el consumo de psicoactivos de miembros de la comunidad universitaria. Temas como este no se pueden soslayar y se deben discutir para establecer políticas públicas para su manejo. Otro asunto fundamental por asumir por parte de la Vicerrectoría de Desarrollo Humano es el de las relaciones de la comunidad, bastante deterioradas. Se debe hacer una pedagogía, insisto, de la ética laboral. El nivel de compromiso de algunos sectores no es el mejor. Son frecuentes los casos de incumplimiento. Es necesario establecer una política laboral de responsabilidades compartidas, con fundamento en el autocontrol. No toda falla de un servidor debe terminar necesariamente en un proceso disciplinario. Si fomentamos una cultura del compromiso, la judicialización debe ser el último recurso. Es necesario procurar también la cultura del respecto activo. Desechar de la vida cotidiana las agresiones verbales, los chismes y los pasquines por ser impropios de una comunidad civilizada. Esta Rectoría desautoriza cualquier forma de autoritarismo, la autoridad en la universidad se merece, se construye en la vida cotidiana mediante el respeto a las personas y a sus derechos. Las autoridades debemos dar ejemplo de respeto para con todos los miembros de la comunidad. 8. Debemos replantear el proyecto de los premios Creatividad, Talento y Juventud. Es un excelente idea promover en los estudiantes de básica primaria y secundaria, la sensibilidad por la ciencia, el arte, las humanidades y la cultura, pero debe hacerse, mediante procesos de formación con los maestros y los estudiantes. Se deben destinar los recursos actuales para premios en las actividades educativas para ello. Es un mejor mensaje pedagógico propender por que no exista solo un ganador, sino que toda la comunidad académica profesores y estudiantes se beneficien del proyecto. Por competencia académica, éste debe ser asumido por las Facultades de Ciencias Básicas y Ciencias Humanas y Artes. En consecuencia se debe liquidar la Fundación que viene manejando los premios. 9. Es necesario recomponer la relación entre la academia y la administración. Ésta última no puede ser un fin en sí misma, ni el factor real de poder que determine la orientación de la Universidad, la prioridad en los gastos, la política de inversiones, la orientación de la normatividad. La universidad es una institución fundamentalmente académica y en consecuencia la administración es un soporte que debe estar al servicio de ella. 10. Es necesario continuar haciendo convocatorias de profesores de planta de tiempo completo y de becarios para formación doctoral con el objeto de vincularse a la docencia. En virtud de que el Tribunal Administrativo del Tolima falló a favor de la universidad, en segunda instancia, la demanda contra el departamento por los aportes, la universidad debe contemplar la asignación de éstos recursos a la financiación de la planta profesoral con carácter exclusivo. Con el criterio de que una planta académica adecuada es requisito fundamental para la calidad académica. 11. Así mismo es necesario incorporar los catedráticos a los programas de formación de posgrado de la Universidad y crear un plan para dignificar el pago de los servicios por hora cátedra. 12. Es necesario concertar reglas claras de selección, permanencia, formación y desvinculación del personal administrativo, reglamentar el régimen de carrera y un plan para resolver la situación de la abrumadora contratación de personal supernumerario o transitorio. 13. La Universidad en lo sucesivo, debe establecer una política para administrar directamente sus propios servicios. En el evento de que sea necesario realizar convenios, debe hacerlo con instituciones de educación superior. Se debe preferir aquellas de carácter público que tengan principios democráticos, liberales y laicos, similares a nuestro proyecto educativo institucional.

Para finalizar debo aclarar que el rector de la Universidad del Tolima se considera un ciudadano igual a todos los miembros de la comunidad universitaria, con responsabilidades y funciones diferentes. El rector de la Universidad del Tolima tiene el deber de dialogar con todos los miembros de la comunidad universitaria y sobre todos los temas de la vida pública de la institución, sin restricciones de ninguna naturaleza.

Como una contribución para la sana convivencia y como un acto de consecuencia con los principios y políticas sbozados el suscrito no participará en el proceso e elección de rector de la Universidad del Tolima. Por el contrario, reconoce explícitamente su deber de garantizar la transparencia en el proceso de esa y de todas las elecciones y para que la comunidad se reúna y organice libremente en ese propósito.

Con fraternal sentimiento universitario,

HÉCTOR VILLARRAGA SARMIENTO Rector.-

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